viernes, 16 de noviembre de 2012

La Dolorosa de San Frontis.



             Desde hace unos meses se encuentra de nuevo al culto una antigua y menuda imagen de la dolorosa en la Iglesia de San Frontis, colocada al lado del Nazareno, parece ser que le acompañaba en la procesión que organizaba la antigua cofradía del Señor y la Cruz, y que ha sido rescatada del olvido de un trastero al que fue relegada, afortunadamente podemos volver a contemplarla vestida con un interesante conjunto de saya y manto. Podéis leer sobre la imagen en este enlace del blog "ciriosytroyanos": http://ciriosytroyanos.blogspot.com.es/2012/09/la-dolorosa-que-lloraba-tras-el.html


           El bordado de la saya muestra un motivo simétrico de temática vegetal a base de un gran florón central del que salen ramas con hojarascas. Sobre él una gran corona de espinas rodea un corazón atravesado por una espada y acompañado por la lanza de Longinos y los tres clavos. Está íntegramente bordado en canutillo de oro excepto el gran corazón central, y adornado con lentejuelas planas y de huevecillo, así como algunos vidrios blancos. Está rematada con un encaje de concha de hojilla de oro. Se encuentra en muy buen estado de conservación, conservando el oro un brillo y color muy destacable para la antigüedad del bordado lo que me lleva a pensar que esta pieza se reservara para ocasiones especiales como la procesión. A pesar de la vistosidad, se trata de un bordado de factura muy sencilla y composición muy simple y que recuerda, en sus motivos, a los bordados que lucían las imágenes de la Escuela de Gerona.

Bordado de la saya

          El manto, sin embargo, no está bordado, pero si decorado de tal forma que su vistosidad es destacable. Se trata de una decoración a base de un hilo conformado por una hojilla de oro enrollada sobre un alma de algodón dorado entrelazándose con otro hilo de oro mas fino que sobresale en forma de hembrillas para así fijar el hilo a la tela dándole la forma del dibujo deseado. En este caso se ha cosido creando grandes roleos que rodean todo el contorno del manto, rematado con sendas cenefas de pasamanería de hilo de oro. Esta técnica se supone más barata y rápida que el bordado pues sólo hay que fijar el hilo a la tela con la forma deseada, pudiendo crear motivos muy vistosos. Este tipo de hilo fue muy empleado a finales del XIX y principios del XX como remate de túnicas y mantos como podemos ver aun hoy en la túnica que La Magdalena del Santo Entierro luce en el Museo, o en las faldillas de la Urna o la Virgen de los Clavos.

Pasamanería aplicada en el manto

              Es destacable la diferencia de trabajo y calidad en ambas piezas, siendo extraño que se elabore un gran bordado para la saya y el manto se limite a una decoración más simple, quizás el factor económico es el determinante, o bien se trate de dos piezas que pertenecían a dos conjuntos distintos, uno bordado destinado a la procesión, y otro más sencillo y económico para vestir a diario.

domingo, 23 de septiembre de 2012

Los bordados de la Virgen de la Concha



Con la reciente conmemoración de la Natividad de la Virgen el pasado 8 de Septiembre, y la celebración de los actos en honor de la Virgen de la Concha, la imagen ha lucido un aspecto renovado, pero a la vez clásico, al que nos está acostumbrando la nueva Junta Directiva y que está poniendo de nuevo en valor distintas piezas que forman parte del extenso ajuar de la Virgen y que habían quedado en el olvido, especialmente algunas de ellas bordadas.

La Virgen de la Concha el pasado 9 de Septiembre
 
            El sábado por la tarde, a última hora, en San Antolín, y gracias a la amabilidad de Víctor López, pude observar con más detenimiento los bordados que lucía la imagen. Según me dijeron, el conjunto de saya y corpiño que estrenaba lo hacía con motivo del 950 aniversario, y había sido realizado en seda de color crudo para imitar el color de la seda del bordado antiguo que llevaba sobre la saya. Este bordado debía pertenecer a la Virgen pero nunca lo había lucido. Se trata de una franja cuyo origen, hechura o datación no está definida, si bien parecen ser motivos propios de finales del siglo XIX, con tres grandes círculos trilobulados en el interior, que enmarcan motivos vegetales y florales que pueden recordar a otras piezas de factura zamorana. Un estudio más profundo de los tipos de hilos y las técnicas empleadas en su hechura podría determinar su origen local o foráneo, así como si se trata de una obra completa, una parte de un todo, una capa pluvial por ejemplo, o una muestra de taller.

Pieza bordada sobre la saya
 
            Sin embargo, lo que más llama la atención es la toca, denominada “toca de la corona” por el gran volumen que alcanza este motivo en la pieza. La imagen la ha lucido en contadas ocasiones en los últimos años a pesar de ser una obra de gran vistosidad. Se trata de una pieza decorada con una greca de motivos vegetales que se repite a lo largo de todo el contorno, flores y palmas, dejando en el centro del campo el anagrama de María, de perfil también vegetal, y la mencionada Corona Real, de exagerado volumen y acertado realismo. Por lo que pude ver, la greca del contorno está íntegramente bordada en canutillo (el grado de oxidación no me permitió ver si se trataba de canutillo de oro o plata) rematado con hilos dorados entorchados y lentejuelas que aportan ligereza y movimiento, un trabajo propio de piezas pequeñas y muy común en las labores conventuales de los siglos XVIII y XIX, de factura fácil y esquema sencillo, aunque con grandes dotes de virtuosismo conseguido con poca variedad de materiales. Se acompaña además con dos conchas bordadas, en clara alusión a la imagen titular, y varias estrellas que salpican el campo de la toca.

" Toca de la Corona"

miércoles, 15 de agosto de 2012

Los bordados en oro de la Virgen del Tránsito


Aprovechando la celebración de la Asunción de la Virgen y, por lo tanto, de la Virgen del Tránsito del Convento del Corpus Cristi de Zamora, es obligado comentar una de las más importantes piezas del bordado con hilo de oro en la ciudad.

            El año pasado, aprovechando la salida extraordinaria en procesión de la Virgen del Tránsito, pudimos admirar en toda su belleza el conjunto de saya y manto bordado en oro sobre seda color crudo que lució durante todo el novenario y el recorrido de la procesión, siendo esta pieza quizás la de mayor calidad que posee en su extenso ajuar. El bordado, tanto de la túnica como del manto, se ha venido atribuyendo a Valentín Mireles, personaje zamorano de finales del siglo XIX y principios del XX siendo su persona y trabajo aun desconocido. Aunque aparece citado en artículos de prensa de la época como autor de los bordados, no está totalmente claro si era él mismo quien realizaba el trabajo o bien el que lo diseñaba y dirigía; sin duda debió de contar con un pequeño taller que le permitiera sacar adelante obras de gran tamaño y calidad como la que nos ocupa así como el manto de Nuestra Madre, el de la Soledad, o la túnica del Nazareno de “La Caída”, entre otros muchos ejemplos.

La Virgen del Tránsito en el Carro Triunfal. Agosto de 2011.
  
             El manto de la Virgen del Tránsito sigue unos patrones que se repiten, en mayor o menor diferencia, en el resto de piezas de la producción de Mireles. La decoración bordada se reduce al contorno del manto, en este caso concreto a las “vistas”, a modo de greca o cenefa, repetida en las mangas de la túnica y en los pies de la misma. Normalmente, la greca se compone de dos partes, una tira delgada que recorre el contorno más externo de la tela, de decoración normalmente geométrica aunque con algún motivo de tipo vegetal y de composición muy simple; mientras que la segunda parte sería la de mayor tamaño, decoración, desarrollo y complejidad, siempre de carácter vegetal a base, normalmente, de roleos vegetales que culminan con grandes flores; el resto del campo del manto se dejaba sin decorar, más aún en este caso donde no se encuentra a la vista. Unas estrellas salpican el campo inferior de la túnica mientras que similares motivos vegetales cubren el pecho de la misma.

Detalle de los bordados



Detalle de los bordados
















jueves, 5 de julio de 2012

Agnus Dei


Agnus Dei o Cordero de Dios, es la representación de Cristo como Salvador y Juez representado por un cordero, herido o degollado y en actitud de caminar portando un estandarte rematado en cruz. Posteriormente varió su iconografía, representándose sentado sobre el libro de los siete sellos identificándose con el Apocalipsis. Esta simbología adquiere importancia al ser esta imagen el símbolo y anagrama del Cabildo Catedral de Zamora, apareciendo en numerosos objetos como marca de propiedad del mismo, desde las aceñas de Olivares, hasta las denominadas “Capas del Cordero”, donde podemos ver este símbolo bordado en oro sobre las capuchas de estas capas pluviales que portan los miembros del Cabildo en determinadas ocasiones, y que fueron confeccionadas en la ciudad en el siglo XIX. Además podemos encontrarlo también en el dosel que cubre el Santo Niño de las Concepcionistas, hoy expuesto en la Catedral, o en una saya perteneciente a la colección del Museo Etnográfico de Castilla y León.

            Aquí os dejo un par de fotografías del proceso de uno de estos Agnus Dei que he bordado, está realizado a parte y luego cosido en la tela definitiva. En la primera fotografía se puede ver la base de fieltro amarillo que sirve de guía para luego aplicar los hilos y canutillo de oro. Está relleno de algodón para darle relieve al cuerpo del cordero, dejando otras zonas como la cabeza en plano. He empleado canutillo liso para las patas, rizado para simular la lana e hilo para la cabeza y las hojas del libro. En la siguiente fotografía se puede ver terminado en la tela definitiva sobre la que he realizado algunos elementos como el estandarte que porta, los siete sellos que cuelgan del libro o la corona.








viernes, 1 de junio de 2012

La escuela de Gerona y el bordado con canutillo


                 Durante todo el siglo XIX se desarrolla lo que se ha venido a denominar la “Escuela de Gerona”, también conocida como la “Escuela Catalana” o “Escuela Levantina”, de imágenes de vestir o “cap i potas”, término catalán que significa “cabeza y patas” haciendo alusión a este tipo de imágenes que sólo tienen talladas la cabeza, manos y piernas.

            Se trata de prácticamente una imaginería de carácter casi seriada, de cuyos talleres salían las imágenes completamente vestidas y aderezadas con coronas y otros complementos como cetros o escapularios. No sólo se realizaba la talla de las imágenes sino que se labraban coronas en hojalata, latón y plata, y se confeccionaban túnicas y mantos en terciopelo y sedas bordadas según el requerimiento de cada imagen. Este tipo de figuras se popularizaron enormemente durante la segunda mitad del siglo XIX entre las clases más pudientes, la nobleza y la incipiente burguesía debido a los relativos bajos costes que permitían ser adquiridas por los clientes, por lo común, particulares que querían adquirir una imagen de devoción para sus oratorios y capillas privadas, no obstante, algunas de ellas podían adquirirse con capillas de madera chapada de corte Isabelino o Alfonsino, de clara alusión a los monarcas reinantes en la época. Aun así, la Iglesia también adquirió algunas de estas imágenes, sobre todo las de mayor tamaño, así como conventos y monasterios para devociones en las clausuras. En Zamora podemos encontrar algunos ejemplos expuestos al culto como la Virgen del Triunfo de la Iglesia de San Frontis o quizás la Virgen de las Espadas de la Iglesia de San Vicente.

Virgen del Triunfo y Virgen de las Espadas

            Los modelos iconográficos son siempre los mismos, desde la imagen de la Dolorosa hasta la Virgen del Carmen o la Dormición de la Virgen, ésta menos común aunque con ejemplos destacados igualmente; entre los varones destacaban San Antonio y San José, ambos con el Niño en una de sus manos. Su producción casi seriada obligó a establecer determinados patrones que siempre se repetían, no sólo en las medidas de las imágenes (30, 40, 60 y 80cm las más comunes) sino también en los gestos, ademanes y rasgos faciales que hacen casi inconfundible su identificación, por no hablar de su principal rasgo de autenticidad y que se convirtió en marca de calidad, el característico color azul-añil que cubría el cuerpo o maniquí. El Museo Etnográfico de Castilla y León alberga una representativa colección de este tipo de imágenes así como el Museo Provincial con una imagen de la Piedad tradicionalmente atribuida a Ramón Álvarez pero de clara marca catalana.

Imágenes de vestir de la Escuela de Gerona

            Como hemos dicho anteriormente las imágenes salían del taller completamente vestidas con túnicas y mantos de terciopelo o seda según el modelo iconográfico. Algunas de estas vestimentas estaban simplemente decoradas con encajes de hojilla y galones de hilo de oro y plata, mientras que otras se bordaban con motivos decorativos. El canutillo de oro era el material fundamental empleado en los ropajes de estas imágenes, no obstante era el más sencillo y rápido de realizar, además de adecuarse perfectamente a imágenes de reducido tamaño. El bordado se realizaba directamente sobre la tela definitiva y se solían rellenar los motivos más grandes con distintas pasadas previas de hilo para dar cuerpo a la forma en cuestión, empleando casi exclusivamente el canutillo de oro y plata, en todas sus vertientes de rizado, liso, brillo y mate. Se repetían siempre motivos vegetales a base de roleos entrelazados con terminaciones en flores y hojas acompañados con algunos elementos de marcada simbología como coronas de espinas para las dolorosas, escudos carmelitanos y mercedarios para las imágenes de la Virgen del Carmen o de la Merced, anagramas de María para las Purísimas o JHS para los Niños Jesús. Todavía hoy, la mencionada Virgen del Triunfo, desfila en la procesión de San José con una túnica a la que parece se le han acoplado, tanto a la de la Virgen como la del Niño, los bordados originales con los que puedo ser adquirida la imagen.

Bordados típicos de las imágenes de la Escuela de Gerona. Siglo XIX


Reproducción actual de bordados del Siglo XIX de la Escuela de Gerona




jueves, 17 de mayo de 2012

Bordado con canutillo de oro


El bordado con canutillo es la técnica más sencilla de bordado con hilo de oro. A pesar de haberse empleado muy comúnmente durante todo el siglo XIX, siempre se ha tratado esta técnica como la más pobre de todas y la de menor vistosidad y apariencia. Sin embargo, es una técnica con la que se puede alcanzar grandes virtuosismos si se emplea adecuadamente el material.

Bordado en canutillo de plata, vidrios y lentejuelas sobre seda. Siglo XIX

Bordado en canutillo de oro sobre terciopelo. Siglo XIX

             El canutillo de oro consiste en un fino hilo de metal (normalmente cobre plateado y dorado o bien plata dorada) que se enrolla sobre sí mismo, a modo de un muelle muy largo y fino, a través del cual se introduce la hebra de hilo; normalmente se rellena el interior de la figura con algodón o con varias pasadas de hilo, de tal forma que al coser los trozos de canutillo éstos aparecen abultados, confiriéndole cierto relieve a los motivos decorativos y dándole mayor vistosidad mediante la combinación de canutillo mate, brillo y rizado además de enriquecerlos con lentejuelas, vidrios y perlas. Normalmente, este tipo de piezas bordadas con canutillo suelen estar realizadas directamente sobre la tela definitiva, bien sea terciopelo, seda o raso, no obstante se suele tratar de piezas de pequeña envergadura y complejidad, aunque también se pueden realizar en bastidores a parte y, una vez terminadas, montar sobre la tela definitiva. 

           A continuación os dejo algunas fotografías de una toca que he realizado con canutillo de oro brillante, mate y rizado, además tiene lentejuelas, vidrios y perlas.





















martes, 15 de mayo de 2012

A modo de presentación


   A finales del siglo XIX y principios del XX destaca en Zamora la producción de una serie de piezas bordadas en hilo de oro que muestran las que debieron ser las características propias de este tipo de labor dotadas de una gran maestría en su confección y un destacable estilo y modo de hacer que parece propio de esta zona, más austero y sencillo en técnicas que el complejo bordado andaluz, pero con diseños dinámicos que nada tienen que envidiar a los del sur.
           
    En los últimos años se han recuperado, a mi juicio muy acertadamente, destacables ejemplos de este tipo de piezas que merecen ser estudiadas y conservadas tanto como las imágenes que las lucen. Sin embargo hay que dar un paso más y recuperar las técnicas empleadas y los diseños característicos para así poder elaborar piezas nuevas que continúen con este hacer y estilo zamorano y potenciar así un arte y una identidad que nunca debió olvidarse.
             
    Este blog nace con una doble intención, por un lado poner de nuevo en valor estas obras y su investigación con datos que vayan surgiendo y, sobre todo, un desarrollo práctico de estas técnicas que permita su recuperación total y cuyos ejemplos os mostraré según vayan avanzando. 

Detalle del manto de la antigua imagen de la Virgen de los Clavos





Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...